¿Qué tal
frutitas y frutitos? Les habla la papaya mágica con una nueva entrada.
En esta ocasión les contaré sobre una persona, un ejemplo a seguir; que
por una simple ocurrencia de que las cosas no estaban bien, ha cambiado la vida
de muchísimas personas a lo largo del tiempo. E inclusive me atrevería a decir
que ha aportado increíblemente a la culturización internacional. Su nombre es:
San José de Calasanz.

José de Calasanz Gastón nació en Peralta de la Sal, (un pequeño pueblo
situado en el Reino de Aragón, actual provincia de Huesca), en el año 1556 o
15571. Con doce años, José dejó su pueblo y marchó a estudiar a Estadilla, a
unos 20 km de ahí. Realizó sus estudios humanísticos en el colegio de los
padres Trinitarios, una escuela de latín. José era un joven estudioso,
responsable, generoso y con una gran simpatía personal, que le permitía tener
muchos amigos entre sus compañeros de estudios.
Cuando cumplió los catorce años, José de Calasanz manifestó la decisión
de hacerse sacerdote. Su entrega, su generosidad, su anhelo por ayudar a los
demás, iban unidos a una fuerte y vivencial fe en Dios. Fue ordenado sacerdote
en el 1583, a los 25 años.
En Roma, a Calasanz le impactó ver tantos niños sin escuela por falta
de medios económicos y comenzó a idear la creación de una escuela gratuita
abierta a todos los niños, especialmente a los más necesitados. Propuso su idea
a las autoridades eclesiásticas y a gente cristiana rica. Sin embargo, todos la
rechazaron. Calasanz no se desanimó y decidió lanzarse solo a la aventura.
Murió el 25 de agosto de 1648 en Roma, dejando así una congregación que
sigue aún en la actualidad en pie cumpliendo su obra.
La obra de San José de Calasanz es fruto de la humanización del ser
humano valga la redundancia. El puro anhelo de desear lo mejor para el prójimo
(en este caso los niños pequeños), lo llevó a aventurarse a un futuro
desconocido.
Hoy en día en numerosos países del mundo encontramos escuelas Calasanz
que se rigen bajo el lema <<Piedad y Letras>>. Ahora bien, sobre la
educación gratuita en todas las escuelas Calasanz, eso es algo que hay que
analizar. Si bien es cierto que hay colegios de pago (como lo es el Colegio
Calasanz de Santo Domingo en República Dominicana), es con la finalidad de que
a raíz de estos otros colegios puedan mantener sus clases corrientes gratuitas.
La misión sigue en pie y es algo digno de admirar.
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